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Publicado el 28-2-2020

Seguridad Social: la torta de achicó, hay más compañeros/as en el cumple y no quieren compartir

Por Lucas Benitez

Hola, bienvenidos a éste nuevo proyecto comunicacional y académico que decidimos llamarlo El Multiplicador, espero que nuestro estilo, opiniones y tesis les sean de su agrado y podamos hacer de éstos encuentros virtuales una gran relación de la big data.

En esta primera presentación, les voy a relatar un breve repaso histórico del sistema de Seguridad Social en los años 2000, enfatizando en la idea de cuan “sustentable” o “sostenible” lo fue, es y será; según las reformas que se fueron introduciendo. En el marco de la necesidad de avanzar en un sendero de estabilidad y sostenibilidad, como la macroeconomía que cranea el actual Ministro de Economía, Martin Guzmán (MG) y su equipo.

En primer lugar, vale la pena destacar que el término “sustentable” o “sostenible” no hace referencia a que toda reforma que venga en ese sentido implique un ajuste dujovneano sobre la totalidad de los beneficiarios del sistema. De hecho, la suspensión de la actual y derogada fórmula de Movilidad Jubilatoria junto con la decisión de aumentos por decreto; es un “ajuste” (llamemos las cosas por su nombre) casi del estilo ctrl+c, ctrl+v al realizado en el período 2003-2005 al que podemos llamarlo el “primer kirchnerismo” o el “primer albertismo”. Allí, también se acható la pirámide de beneficiarios, y dicha regulación implicó que se iniciaran una gran cantidad de juicios, cuya sentencia, conocida como “Caso Badaro”, implicó la llamada “Reparación Histórica” del macrismo.

Lo cierto es que aquella reforma realizada en los albores del gobierno de Néstor Kirchner, permitió que el sistema de Seguridad Social fuera superavitario, lo que le dio campo de acción e investigación al entonces mandamás de ANSeS, Amado Boudou (AB), para generar una nueva fórmula de actualización de los haberes de los beneficiarios, allá por 2008. Aún con la formula de AB, convertida en ley, hasta el año 2014 el sistema fue sustentable.

En 2014, año de la recordadísima final perdida con Alemania en el Mundial de Futbol disputado en Brasil, se inició el proceso de las Jubilaciones por moratoria. Éste proceso fue muy grande, ya que incorporó nuevos/as beneficiarios/as al sistema que habían trabajado toda su vida en la informalidad o incluso sus empleadores no les habían realizado los aportes correspondientes. Tal es el caso, que según datos arrojados por ANSeS, dicha medida incorporó a una cantidad nueva de beneficiarios/as equivalente al 20% del total de los beneficiarios/as existentes al 2014.

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A su vez, para ese año, la inflación fue mayor que la recaudación del sistema tributario y el régimen arrojó un resultado deficitario. Es cierto que el sistema tenía una tendencia progresiva de descenso de su superávit hasta 2014, cuando volvieron los números rojos.

Vale la pena destacar que el sistema previsional argentino se financia  en un 60, 70% con los aportes y contribuciones patronales, mientras que el otro 30, 40% se financia con rentas generales, entre las que se desatacan IVA, ganancias y retenciones.

Luego en 2016, en plena etapa de la “pesada herencia”, el macrismo decide salir a la cancha con una jugada fuerte, la “Reparación Histórica” (por los juicios del ajuste de 2003 a 2005), supuestamente éste aumento del gasto social sería al menos compensado por la lluvia de inversiones que traería el nuevo gobierno market frendly de la Argentina. Lo cierto es que ustedes conocen el fin de la historia del “segundo semestre” y es allí donde el sistema termina de crujir. El macrismo duro, fiel a sus actitudes de pegarle a quien está en el piso, criticó a Quintana (unos de los hombres de mayor confianza del Presidente) por haber propuesto la reparación histórica, siendo una medida que comprometía las cuentas del sistema de Seguridad Social y que nunca los/as beneficiarios/as les iban a reconocer ese gesto al macrismo.

En 2017, una noche de diciembre, vino “don ajuste” again, esta vez con una nueva ley que introducía una fórmula que indexaba el haber a la inflación y los salarios del RIPTE. Esta nueva medida generó un grave problema porque la recaudación caía en términos reales y la inflación se incrementaba a gran escala.

 

He aquí, en la actualidad, al menos 2 graves problemas:

  1. Cada vez menos personas aportan al sistema previsional: porque el 40% de nuestra economía está en negro. El Estado es el primer negreador (contratados y monotributistas). Porque en la moda del “emprendedor”, una nueva característica del sistema laboral coyuntural, afloran los monotributistas y autónomos en detrimento de los puestos laborales formales registrados privados que son los que más aportan al sistema. Este combo hace que caiga la recaudación del sistema de Seguridad Social, y sumado al efecto de la inflación, los fondos se licúan.

  2. Cada vez, vivimos más años.Y a su vez, existen jubilaciones de privilegio, con haberes suntuosos y regímenes especiales.

 

En síntesis, se achicó la torta y cada vez vienen más compañeritos/as a éste cumpleaños y nadie quiere compartir.

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¿Cómo se financia el Gasto en Seguridad Social, que hoy es el 60% del presupuesto?

Hoy la relación es 1,5 trabajador/a por beneficiario/a, para que el sistema sea sustentable se necesitaría una relación de al menos 4 a 1. Aún blanqueando a todos los/as que están en negro, no se llegaría a esta relación.

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Soluciones

  • Hacer menos jubilados (subir la edad) tema que se discute en el mundo y que entre dimes y diretes puso la pelota en el centro del campo el actual Ministro de Trabajo, Claudio Moroni, es hora de empezar a debatir. ¿Optar por ésta medida es hacer crecer el desempleo?

  • Subir los años de aporte que hoy están en 30 años mínimo: Si haces eso desconoces el problema de la economía feminista, la economía del cuidado, el trabajo doméstico.

  • Muchos apuntan contra las moratorias, no creo posible desandar ese camino exitoso en términos sociales.

  • Disminuir el haber. Ya lo hizo el macrismo y sabemos que deprecia la demanda agregada y tiene efectos negativos en la renta nacional, sumado a un pésimo pesar diario a los beneficiarios del sistema de Seguridad Social.

  • Sumar aportes (subir la alícouta) o aportantes (aumentar el número de ocupados) . Bajar el costo laboral no es un aliciente del trabajo en blanco, para muestra están los ‘90 y el macrismo. Recaudar más vía aumento de la actividad y mejorar la productividad del trabajo, parecerían ser salidas amigables, investiguemos el cómo.

  • Cambiar el esquema de distribución del haber jubilatorio, de contributivo a socialista (sin cucos por favor), esto se está discutiendo hoy en día en los países centrales. La idea va así, si cobraste sueldos excelentes no vas a tener una jubilación excelente, y viceversa. La condición sine qua non es asegurar un piso mínimo. Se llama "Ingreso Universal a la Vejez".

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Creo que el ultimo punto, hace referencia al modelo al cual intenta avanzar MG y equipo, se está trabajando sobre los regímenes especiales. Dato, no opinión: Sueldo promedio de judiciales $235.000, hasta $770.000 de máximo (es lo que cobra un integrante de la Corte Suprema). Estos sueldos, son al menos 50 veces una jubilación mínima. Siendo honesto con la teoría del ingreso permanente de Friedman, si los judiciales optimizaron inter temporalmente su sueldo con buenas inversiones, ¿Para que necesitan un régimen especial de jubilación?

Fuente: INDEC - ANSeS

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