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Publicado el 17-03-2020

Deuda externa: ¿Reestructurar o default? Historia de cisnes negros y buitres

Por Eugenio Heinze

¿Hola cómo andan? En la anterior publicación vimos como la mala gestión económica del gobierno de cambiemos, llevo a la Argentina a una situación muy complicada con la deuda externa. No solo se tomó mucha deuda en moneda extranjera, en un periodo corto de tiempo, sino que los dólares ingresados, no fueron destinados a inversión para generar las condiciones estructurales para que, en un futuro, se logre aumentar las exportaciones y poder devolver el capital y pagar los intereses, ni siquiera esos dólares están en las reservas del BCRA, sino que se destinaron a financiar la fuga de divisas, y financiar gasto corriente en pesos.

 En esta semana el gobierno apunta a reestructurar aproximadamente unos 68000 M de u$s. Sin embargo, la refinanciación no incluiría el préstamo de 44.000 millones del FMI.

 Cuando Macri asumió la deuda externa que vencía hasta el 2019 era de unos 142000 M de u$s de los cuales unos 64000 era en moneda extranjera. Alberto recibe el país con compromisos durante su mandato por 217500 millones, de los cuales 159000 M son en moneda extranjera. No solo se incrementó de forma considerable la deuda, sino que la deuda a pagar en dólares es muy superior en proporción. Lamentablemente solo nos “reincorporamos al mundo” para endeudarnos y no para aumentar nuestras exportaciones. El stock de deuda publica esta en entorno a los 320000 M de u$s, de los cuales 125000 M u$s pertenecen a organismos públicos, lo cual la hace de bajo riesgo para el tesoro. 73.000 millones de u$s son los que se tienen con instituciones como el FMI y el Club de París, y el resto está en manos de privados. Lo otro a tener en cuenta es la legislación y en que moneda esta. La deuda con el sector privado esta mitad con legislación local y mitad con legislación extranjera.

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El aumento de la deuda de corto plazo, sin un incremento de nuestras exportaciones, y sin acceso a los mercados financieros hace insostenible la deuda para la Argentina. Para medir la sostenibilidad de la deuda se usa el indicador ratio deuda/PBI. El crecimiento económico es la principal forma de reducir la carga de la deuda, no sirve de nada seguir haciendo ajustes que nos llevan a profundizar la recesión y sigan haciendo caer el PBI. Para poder pagar hay que crecer no queda otro camino. La deuda no se paga en pesos con “ahorro fiscal”, se paga en dólares. En el mundo la deuda no se suele pagar se refinancia, se pagan los intereses, pero las condiciones de mercado hoy para argentina hacen esto inviable.

Un tema no menor es el rol que tuvo el FMI en todo esto desde su retorno en 2018 y el rol que puede tener con el nuevo gobierno. Es muy claro el rol político que jugo el FMI en 2018 apoyando al gobierno de Macri. El FMI le otorgo al país, el préstamo más grande de su historia, claramente por orden de Trump, para que no vuelva el “populismo”. Pero al final el préstamo se lo comió la fuga, y terminaron perdiendo las elecciones. Las condiciones de sostenibilidad de la deuda eran casi nulas y el FMI igual le otorgo este megacredito, y siguió cumpliendo con los desembolsos a pesar de que estos se estaban destinando para la fuga. Ahora a diferencia del 2001-2003 hoy el FMI quedo condicionado por la magnitud del acuerdo y es cómplice de los malos resultados de la política económica, porque estas fueron puestas en conjunto con el anterior gobierno.

El 19 de febrero de este año el FMI saco un comunicado que decía que la situación de la deuda es insostenible. Reconoce los esfuerzos del gobierno actual ante la situación critica económica y social. Pero lo que “no” dice es que es corresponsable de esta situación con el anterior gobierno. En el comunicado les pide a los bonistas que hagan una contribución, pero difícilmente los grandes fondos de inversión estén predispuesto a una quita de capitales, para ellos la Argentina solo tiene un problema de liquides, y solo propondrían extender el calendario de pagos.

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Argentina históricamente se enfrentó con el problema de la restricción externa, con la falta de dólares. Cuando a la economía le va bien se empieza a demandar una cantidad de dólares por parte de la economía, que no podemos generar y siempre chocamos con ese límite. Hoy tenemos más o menos unos 44000 M de u$s de reservas, el último dato de la balanza comercial de enero de 2020, arrojo un superávit de 1015 M de u$s. Por lo que con suerte de mantenerse esto podríamos generar menos de 15000 M de u$s al año. Pero el contexto externo parece desfavorable, la situación del coronavirus parece que va a llevar al mundo a una recesión, que frenara las exportaciones.

En el contexto externo vemos como el petróleo se desplomo un 28 % en la semana a 33.22 u$s, esto se debe a la caída de la economía global y la suspensión de muchos vuelos a nivel mundial ante la amenaza del coronavirus, que reducirá la demanda y Los países miembros de la OPEP no se pusieron de acuerdo en reducir la producción, para contener el precio. Suponemos que esta situación con el petróleo es positiva en el corto plazo, pero negativa en el largo plazo. En el corto plazo ayudaría en la lucha para contener la inflación ya que la baja del petróleo podría hacer bajar el valor de los combustibles o mínimamente mantener los precios, y el gobierno no necesitaría subir subsidios para mantener los precios de las tarifas energéticas. En el largo plazo en imposible que con estos valores se logre desarrollar Vaca Muerta, ya que este yacimiento es no convencional y de una costosa extracción y alta inversión, lo que de mínima necesitaría que el barril este por encima de los 70 u$s. Por lo tanto, conseguir dólares desarrollando vaca muerta es algo que parece imposible en el corto mediano plazo, con este contexto económico global.

Escuchamos a muchos economistas en los medios criticar el gobierno de Fernández acusándolo de no tener un plan económico. Lo cierto es que la situación es muy delicada, y el endeudamiento mencionado condiciona claramente la economía argentina. Me parece muy correcto que el gobierno espere a resolver la deuda por sí o por no, porque cambian mucho las condiciones y la política económica que se debe llevar a cabo con una reestructuración exitosa o un default. La delicada situación en la que nos dejó la gestión anterior, sumado al contexto externo que se nos avecina, no nos deja margen de error. Hay que hilar muy fino para que los dólares alcancen.

Mi postura es que esta vez el FMI, puede ser más un aliado que un enemigo a la hora de la reestructuración con los privados, y que está metido en este quilombo con nosotros. También creo que para poder pagar primero hay que crecer, por que pagar con los pocos dólares que tenemos, o con superávit no es un camino viable. La mejor forma de poder cumplir con las obligaciones, es primero retomar el camino del crecimiento económico. La mejora de la economía real no solo achicara el ratio Deuda/PBI, también mejorara la confianza, aumentando la inversión y el crédito. Pero el contexto de falta de dólares también complica la posibilidad de crecer y crecer te complica por el aumento de la demanda de dólares. La única certeza que tenemos es que el panorama que se nos avecina es muy complejo.

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