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Publicado el 5-3-2020

El Estado emprendedor: volver a pensar en grande

Por Fernando Córdoba

El discurso que impone el pensamiento económico dominante a nivel mundial, sostiene que el Estado debe intervenir solo ante la presencia de lo que se denomina“fallas de mercado”. Esta denominación se refiere, en resumidas cuentas, a que el Estado solo debe igualar el terreno de juego para que todo funcione en el mejor de los mundos posibles. Incluso, para algunos que se sitúan en la derecha política, esta intervención sería un pecado llevando a la economía a un resultado peor en forma de “fallas de Estado”. Esta postura, insiste con que el Estado debería limitarse a arreglar los mercados en lugar de intentar crearlos y moldearlos directamente.

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Mariana Mazzucato vuelve a introducir la discusión, incluso en la heterodoxia económica, acerca del rol del Estado en las economías capitalistas.

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Siguiendo a la reconocida economista Mariana Mazzucato, en los países de todo el mundo, incluidos los que están en vías de desarrollo, se intenta imitar el éxito de la economía de Estados Unidos. Al hacerlo, se fijan en los mecanismos de mercado, en contraposición a los viejos mecanismos de Estado. Pero esto no es lo que parece. La autora del Estado emprendedor demuestra como Estados Unidos, el paraíso de la doctrina del Estado Mínimo y el libre mercado, ha dirigido durante décadas grandes recursos a programas públicos de inversión en tecnología e innovación, que explican  su éxito económico presente y pasado. Desde internet, energía solar y eólica, el IPhone hasta la biotecnología,el Estado estadounidense ha sido el elemento principal del crecimiento económico en la innovación, al estar dispuesto a invertir en las fases más inciertas del ciclo de innovación y ha dejado que las empresas privadas se subieran al bondi en la parte más fácil y cuesta abajo del camino. De esta manera, si el resto del mundo quiere imitar el modelo de EEUU debería hacer lo que esté realmente hizo no lo que dice que hizo: más Estado y no menos.

Resulta sumamente interesante retomar el argumento que presenta la autora ya que nos describe al Estado desde otra perspectiva, alejándose de las posturas económicas clásicas y neoclásicas de un Estado mínimo y austero que son dominantes en los discursos económicos ampliamente instalados en la actualidad. Mazzucato, presenta ejemplos los cuales evidencian que el Estado (sector público) es un agente económico vital en las diferentes etapas de la innovación tecnológica en países como los Estados Unidos, Alemania, Finlandia y China.

El estado detrás del IPhone es uno de los capítulos más interesantes del libro. En él la autora, provocativa y desafiante, cuestiona la presunción de innovación (exclusiva) del sector privado, y presenta cómo el Estado con sus inversiones hizo posible las tecnologías que Apple (y otras firmas) han logrado comercializar exitosamente. Internet, el sistema de posicionamiento global GPS y, las pantallas táctiles entre otras tecnologías presentes en los productos de Apple, fueron en sus orígenes financiadas por el sector público. Algo que va en contra del sentido común y de los discursos de “emprendedores de garaje”.

Para finalizar, frente a la discusión de un sector privado revolucionario, dinámico e innovador y competitivo y un sector publico entrometido, indolente, burocrático, perezoso e inercial, nada mejor que una cita extraída del libro de Mazzucato de Paul Berg Premio Nobel de Química 1980:“¿Dónde estaban los capitalistas del sector privado en las décadas de 1950 y 1960, cuando toda la financiación tenía que dedicarse a la ciencia básica? La mayoría de los descubrimientos que la han alimentado [a la industria] se crearon entonces”. Vivimos en una era en la que se está reduciendo el papel del Estado, se recortan los presupuestos y muchas estrategias nacionales las dictan los programas de austeridad y no de bienestar. Es hora de volver a pensar en grande.

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